Es innegable que en este tiempo se está rompiendo el viejo esquema de liderazgo juvenil, y estamos siendo expuestos a un nuevo modelo, implantado por Dios en gente con sangre nueva y fresca, líderes que se están atreviendo a volver al lugar íntimo de la adoración, y encontrarse con Dios y su propósito.
Líderes que están sufriendo un cambio de pupilas para poder ver tal y como Dios ve, personas con la misma información genética del Padre y por consiguiente, con su carácter y esencia.
Liderazgos sujetos a una cirugía a corazón abierto, donde Dios expone todo un sistema de gobierno, un nuevo paradigma de autoridad y nuevos embalajes espirituales para establecer su reino en los jóvenes y retarles a vivir en la dimensión de lo espiritual y no de lo material.
Líderes con credibilidad, amor por los jóvenes, pasión por el propósito y dispuestos a dejar a un lado sus intereses personales, para anteponer los de una generación, que está clamando por dirección.
Toda una expresión de la vida en el espíritu, y la representación en la tierra de los lugares celestiales, materialización de los sueños de Dios y expansión de su gobierno en las naciónes.
En Proverbios 30:11-16, se describe el carácter de una generación que no vive en el conocimiento y temor de Dios, que camina sin reconocer su señorío, que vive de su propio pecado y a ese mismo venera, ese carácter generacional se ha visto reflejado a través de la historia en un sin fin de acontecimientos, incluso en las noticias cotidianas, y el liderazgo no ha sabido crecer a la par de las exigencias y demandas del cambiante mundo externo, social, cultural, político, moral, artístico, etc.…
“Hay generación que maldice a su padre, y a su madre no bendice. 12 Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su inmundicia. 13 Hay generación cuyos ojos son altivos, y cuyos párpados son alzados. 14 Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres. 15 La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: Dame, dame. Tres cosas hay que nunca se sacian; aun la cuarta nunca dice: ¡Basta! 16 El sepulcro, la matriz estéril, la tierra que no se sacia de aguas, y el fuego que jamás dice: ¡Basta!”.
Pero, Dios está formando en su corazón una nueva generación, gente entendida en su propósito, gente que lo refleja, que impacta con el sólo hecho de ser, buenos administradores, exitosos, que operan en Su justicia, hambrientos de conocer más Su corazón y dispuestos a morir para dar a luz en otros, el conocimiento pleno de Su persona.
En Proverbios 30:24-31, explica de manera clara y concisa el carácter de una nueva generación, una generación que se atreve a trascender en sus propios esquemas y ascender a una dimensión nueva y totalmente distinta, la dimensión del espíritu.
“24 Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más sabias que los sabios: 25 Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida: 26 Los conejos, pueblo nada esforzado, y hacen su madriguera en las rocas: 27 Las langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas: 28 La araña que se atrapa con las manos, y está en palacios de rey. 29 Tres cosas hay de hermoso andar, y la cuarta pasea muy bien: 30 El león, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrás por nada: 31 El gallo que se pase erguido; asimismo el macho cabrío; y un rey contra el cual ninguno se levanta”.
Dios nos mira conforme a su naturaleza, y es en base a ella, que tenemos que operar para poder dar dirección a la generación de la resurrección, no están muertos, sólo están dormidos, Jesús al entrar a la habitación de la hija de Jairo, no reprendió en ningún momento al espíritu de muerte, únicamente comentó que la niña no estaba muerta, sino que dormía, (Mateo 5:38-43).
Esta generación no está muerta, está dormida, la gente sin Jesús, no pierde valor, no dejan de ser ellos mismos, los que los devaluamos somos nosotros, el liderazgo, mengüamos el valor de la gente que, según nosotros, pertenecen al orden natural de las cosas, al modelo común de la sociedad, siendo que ni siquiera Jesús, les resta valor o importancia, no están muertos, sólo están dormidos, tenemos la responsabilidad de despertarles, de emitir las siguientes palabras: , generación, a ti te digo, levántate.
FUENTE: MinisterioJuvenil.com